Ven ahora, por tanto, te ruego, maldíceme a este pueblo, afligíos con un mal que los dejará impotentes; porque son demasiado poderosos para mí; por ventura prevaleceré para herirlos y expulsarlos de la tierra; porqueque el que bendices es bendito, y el que maldices es maldito. Esta era la reputación que tenía Balaam en todos los países circundantes, y este hecho se anota en el mensaje, para que Balaam esté dispuesto a conceder la petición.

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