Y Balac le dijo: Te ruego que vengas conmigo a otro lugar, desde donde los puedas ver; solo verás la parte más extrema de ellos, y no los verás a todos; y maldíceme desde allí. Entonces Balak culpó del fracaso a las condiciones y a la localidad, y estuvo dispuesto a hacer otro intento. Así, los enemigos del Señor intentan una y otra vez derribar Su voluntad, pero no pueden hacer nada para frustrar Su consejo.

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