Y ahora, después de que la idolatría había sido introducida, pecan cada vez más, multiplicando sus transgresiones, y los han hecho imágenes fundidas de su plata e ídolos según su propio entendimiento, haciendo uso de sus ideas artísticas al construir estas estatuas, todo de ella el trabajo de los artesanos; dicen de ellos: Que los hombres que sacrifican besen los becerros, literalmente, "a ellos les hablan, hombres que sacrifican: besan los becerros"; es decir, los idólatras insensatos hablan con el mismo trabajo de sus manos y les oran; incluso besan estas imágenes de terneros, como si estuvieran al mismo nivel que los seres humanos. La reprimenda está expresada a propósito en palabras de ironía cortante.

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