v. 27. El codicioso de ganancias, cuya codicia lo lleva a buscar ganancias injustas, perturba su propia casa, porque sus acciones están destinadas a traer consecuencias desagradables a su propia familia; pero el que aborrece los regalos, estando por encima de la mezquindad del soborno, vivirá disfrutando de la vida y la prosperidad.

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