No dejes que la misericordia y la verdad, tanto de parte de los hombres como de parte de Dios, te abandonen, siendo la simpatía amorosa y el compañerismo uno de los factores primordiales de nuestra vida moral; átalos a tu cuello, como una valiosa cadena o collar, del cual colgaba un anillo de sello de teja; escríbelas en la tabla de tu corazón, con énfasis tanto en los motivos internos como en la expresión externa y el adorno en el camino de las virtudes.

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