para juzgar al huérfano y al oprimido, ejecutando juicio sobre sus opresores, para que el hombre de la tierra, el adversario impío altivo, no oprima más, aterrorizando a los creyentes. Ese es el consuelo de los hijos de Dios en todo momento, que Él finalmente vindicará Su poder y ejecutará juicio sobre todos los enemigos de Su pueblo.

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