No escondas tu rostro de mí, con aversión o incluso indiferencia, el día en que estoy en problemas; inclina tu oído hacia mí, en actitud de atención favorable; en el día que llamo, respóndeme pronto, siendo necesario un rápido alivio debido a la grandeza de la necesidad.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad