para que pudieran observar sus estatutos, los preceptos del pacto, y guardar sus leyes, las que pertenecen a la humanidad en general, siendo esta la segunda razón por la que el Señor mostró su favor a Israel, para inducirlos a mostrarle obediencia. Alabado sea el Señor, este aleluya es repetido por el verdadero Israel espiritual, la Iglesia de Dios, en todo momento, por todas las maravillas de Su misericordioso favor en y por Cristo, el Redentor.

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