Considera y escúchame, oh Señor, Dios mío, prestando atención a su situación, dándole una respuesta a su súplica; aligera mis ojos, haciéndolos claros, dándoles nueva vitalidad y alegría en vista de la liberación venidera, no sea que duerma el sueño de la muerte, quedándome dormido, para no despertar nunca más,

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