Dije al Señor, a Jehová, el Dios de misericordia: Tú eres mi Dios, y la esencia de la fe verdadera se expresa en el confiado posesivo "mi", con el cual el creyente desafía a todos los enemigos; Oye la voz de mis súplicas, oh Señor, la súplica por la que se pone enteramente al cuidado de su Padre celestial.

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