Porque Tú lo has bendecido para siempre, estableciéndolo como una bendición para la humanidad o para el mundo, una fuente de bendición eterna, este hecho encuentra nuevamente su cumplimiento más alto en Jesucristo, el Mesías prometido; Lo has alegrado sobremanera con tu rostro, alegándolo con gozo en la presencia de Jehová, porque contemplar su rostro es la esencia de la bienaventuranza eterna en el cielo.

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