Júzgame, oh Dios, defendiendo su causa, y defiende mi causa, como el sabio abogado contra la maldad, contra una nación impía, una generación de hombres que no están a favor de Dios. Líbrame del hombre engañoso e injusto, lleno de falsedad y maldad, desprovisto de toda idea de derecho y justicia.

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