Haz bien con tu beneplácito a Sion, mostrando su favor a la congregación de creyentes que lleva el nombre del monte del templo; Edifica los muros de Jerusalén, es decir, los muros espirituales de Su Iglesia, del verdadero pueblo de Dios, el pensamiento subyacente es que el Señor no permitiría que la ofensa de la transgresión de David quitara la fe del corazón de ningún creyente débil.

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