Se animan a sí mismos en un asunto perverso, utilizando todos los medios para asegurar su objeto perverso; comulgan de tender trampas en secreto, repasando cuidadosamente cada parte de sus planes para que tengan éxito. Dicen: ¿Quién los verá? creyendo tontamente que el Señor no conoce sus intrigas secretas.

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