Visitas la tierra y la riegas; El cuidado providencial de Dios es tan obvio que claramente atiende las necesidades de la tierra, arregla su bienestar y la humedece con lluvia; Tú lo enriqueces grandemente con el río de Dios, siendo Su lluvia el arroyo de bendiciones mencionado, que está lleno de agua, abundantemente suministrada por la generosidad del Creador; Tú les preparas maíz, el grano de todos los habitantes de la tierra, cuando así lo has provisto, así Él lo prepara, cuidando las cosechas y proporcionando abundantes cosechas, siendo evidente en todo momento el cuidado providente de Dios.

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