El que es nuestro Dios, nuevamente el lenguaje de la fe confiada, es el Dios de salvación, de los muchos actos de liberación que experimentamos en nuestra vida; ya Dios el Señor pertenecen los resultados de la muerte, Él tiene salidas, vías de escape, de la muerte, solo Él puede rescatarnos de la muerte eterna y concedernos el don de la vida eterna; ése es el privilegio, la maravillosa y poderosa prerrogativa del Cristo exaltado.

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