Y ellos dicen: ¿Cómo lo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo? Intentan engañarse a sí mismos y a los demás haciéndoles creer que Dios no presta atención a su maldad en sus diversas manifestaciones. Desprecian la sabiduría de Dios en Su Palabra eterna y sustituyen con arrogancia los supuestos resultados seguros de la investigación científica.

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