Ella no obedeció la voz, no prestó atención a las amonestaciones del Señor; no recibió corrección, instrucción o disciplina que se pretendía beneficiarla; no confió en el Señor, ni puso ninguna confianza en sus exhortaciones y promesas; no se acercó a su Dios, se ha vuelto indiferente a Jehová.

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