Sí, toda vasija en Jerusalén y en Judá será santidad para el Señor de los ejércitos, todas las distinciones de la Ley Ceremonial serán eliminadas; y todos los que sacrifiquen vendrán, tomarán de ellos y hervirán en ellos, preparándose para las fiestas de los sacrificios sin temor a la contaminación; y en ese día ya no habrá más cananeos en la casa del Señor de los ejércitos, ni se permitirá a ningún pueblo abiertamente impío como miembros de la Iglesia de Dios.

Cuanto más se acerca la Iglesia a su perfección, más clara se muestra la división entre los que son en verdad los siervos del Señor y los que simplemente llevan el nombre de Sus ministros; y la revelación final de aquellos que en el tiempo aceptado, en el día de la salvación, estuvieron a favor y en contra del Señor Jehová, se concretará en el Día Postrero.

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