a merced del enemigo

2 Crónicas 36:1

La narración aquí corre paralela a II Reyes, pero los eventos se describen con una cierta gravedad de advertencia que refuerza la lección de la historia. Aquí estaba la catástrofe final. Mucho tiempo predicho, por fin cayó. Los reyes judíos nombrados aquí eran simples marionetas y, en lugar de volverse a Jehová, se seguían unos a otros en una idolatría persistente. Joacaz fue depuesto por Necao, quien esperaba una herramienta más obsequiosa en su hermano Joacim; y este último, a su vez, fue depuesto por Nabucodonosor, porque era el candidato de Necao.

Joaquín fue llevado cautivo porque era la elección del pueblo, y Sedequías porque se rebeló. Éstas son las razones superficiales de los cambios que se sucedieron con tan terrible rapidez. Pero las páginas de Jeremías y Ezequiel revelan otras razones más profundas, a las que se alude posteriormente en este capítulo.

Israel tuvo que pasar por un largo proceso de poda antes de que este linaje pudiera producir esa flor pura, la madre de nuestro Señor, que iba a dar el lado humano de Su naturaleza santa al mundo.

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