Silencioso bajo acusaciones falsas

Lucas 23:1

El sanedrín judío, convocado apresuradamente a la hora del amanecer, habiendo obtenido de Jesús la profesión de su mesianismo y deidad, y habiendo concluido con la sentencia de muerte, se dispuso a inducir a Pilato, el gobernador romano, a concurrir en su veredicto. Para hacer esto, instaron a que Jesús pusiera en peligro la supremacía romana.

Pilato estaba acostumbrado a tratar con hombres y, después de un cuidadoso examen, quedó convencido de que no había fundamento para la sentencia de muerte. No encuentro ninguna falta. Como Cordero Pascual de Dios, se buscó al Salvador para descubrir si había una mancha, una imperfección o algo que pudiera invalidar su afirmación de no tener pecado. Solo los sin pecado pueden salvar a los pecadores. En su corazón, Pilato sabía que nuestro Señor debía ser absuelto, pero su temor a los judíos desvió el veredicto de su conciencia. Al enviar el caso a Herodes, esperaba hacer lo correcto, sin incurrir en el incidente del odio por hacerlo.

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