La última división de la profecía trata sobre el tema de la restauración final de la nación elegida. Se divide en tres secciones. El primero tiene que ver con las naciones, el segundo con la nación y el último describe el orden restaurado.

Las profecías sobre las naciones se dividen en tres grupos. El puño pronunció la ruina de cuatro, el segundo la ruina de dos y el tercero la ruina de uno.

La condenación de cuatro tuvo que ver con Ammón, Moab, Edom y Filistea. Los hijos de Ammón se habían regocijado por la destrucción del santuario y se habían burlado de Israel en los días de su desolación, y de Judá cuando fue al cautiverio. Por tanto, Ammón sería vencido por los hijos de Oriente. Moab y Seir habían presenciado la degradación de Judá, y se regocijaron por ello, y se determinó el juicio contra ellos.

Edom había sido brutal en su trato con Judá, tomando venganza de ella. Por tanto, la tierra de Edom sería desolada y su pueblo cortado. Filistea se había vengado con enemistad perpetua y, por lo tanto, estaba decidida a vengarse de ella.

Es de notar especial y particularmente que cada una de estas fatalidades termina con el mismo pensamiento. Al juzgar a las personas que no han reconocido a Jehová mediante el gobierno de Su propio pueblo, les hará saber que Él es Jehová.

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