En este capítulo tenemos la historia de la enfermedad de Ezequías. Esa enfermedad parece haber estado íntimamente relacionada con la invasión de Senaquerib, porque en el mensaje de Isaías a Ezequías de que su oración fue escuchada, se prometió: "Te libraré a ti y a esta ciudad de la mano del rey de Asiria; y yo defenderá esta ciudad ".

El último versículo del capítulo nos dice que Ezequías había pedido una señal para subir a la casa del Señor, esto en explicación del relato de la señal del dial que se da en los versículos de Isaías 38:7 . La subida a la casa a la que se hace referencia es con toda probabilidad la que se describe en el capítulo 37, cuando fue allí arrepentido en la hora de las burlas del Rabsaces.

Todo esto indicaría que su enfermedad se debió a algún fracaso de su parte. Volviéndose al Señor, buscó la liberación, y su vida se alargó quince años. En la mitad del capítulo tenemos el salmo de alabanza que escribió Ezequías para celebrar su liberación. Primero describe los días de oscuridad en los que se encontró en el mediodía de la vida, acercándose a las puertas de la muerte.

En la segunda parte, estalla en alabanza a Dios por la liberación, y en toda ella es evidente su conciencia de que la aflicción misma había obrado bien en su vida. Después de la liberación, se consagró de nuevo a Jehová, a Su alabanza y a Su servicio.

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