La tercera y última sección de la división que contiene el relato del ministerio del profeta está ocupada con sus mensajes sobre las naciones.

El primero de ellos tiene que ver con Egipto y consta de dos profecías. El anterior describió al ejército de Egipto en su preparación y avance, y declaró que esta orgullosa preparación de Egipto para la batalla no era sino la llegada del día de la venganza de Jehová contra Egipto. En términos generales, predijo su perdición, declarando que no habría curación para ella y que las naciones se enterarían de su vergüenza.

El segundo predijo claramente la derrota de Egipto por Nabucodonosor y, sin embargo, afirmó que el rey de Babilonia no sería más que el instrumento en la mano de Jehová. En un lenguaje elevado y gráfico describió la venida del enemigo y la derrota de Egipto, y lo atribuyó todo cuidadosamente al determinado consejo y actividad de Jehová. Esta profecía termina con un mensaje de consuelo para Jacob, quien, aunque está afligido, aún no debe ser completamente destruido, sino corregido por el juicio.

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