Nuevamente tenemos un gran canto de alabanza que comienza y termina con la misma nota de alabanza personal. Mientras que en el primero la nota dominante es la de la misericordia de Jehová, aquí está la de Su majestad. El primero es el canto del amor al amor. Esta es la canción de la lealtad a la realeza.

El salmo comienza con una declaración de la grandeza esencial de Dios, y luego procede en lenguaje poético para describir las manifestaciones de Su grandeza en la creación. En todo momento, se reconoce el propósito benéfico. Los manantiales de los valles son para saciar la sed de pájaros y bestias. La hierba y las hierbas son para el servicio, y el hijo en todas partes.

Luego, en una explosión de alabanza, el cantante reconoce la dependencia de todos en Jehová. El ocultar su rostro es un problema, y ​​si deja de respirar, sobreviene la muerte. Finalmente, clama por la continuidad de la realización del propósito divino en todas partes, a fin de que Jehová pueda regocijarse en Sus obras. Con este fin, declara que hará la contribución de su adoración personal. La concepción está llena de belleza. La amplia revelación del poder y la gloria de Dios apela a la responsabilidad individual de un solo hombre.

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