Esta es otra canción de la mañana. Se abre con un lenguaje que revela la razón de la seguridad del alma frente a otro día. Primero están las peticiones que piden la atención de Jehová. A esto le siguen unas palabras que revelan a la vez la concepción que tiene el cantante de la responsabilidad personal y la razón de su confianza en Dios. En cuanto a los primeros, el día debe comenzar con oración.

Oh Jehová, por la mañana oirás mi voz. Además, debe ser arreglado como a los ojos de Dios: Por la mañana ordenaré a Ti mi oración, y velaré.

Luego se declara la actitud de Dios hacia la iniquidad y los hombres malos. Esta actitud hace que el cantante esté seguro de su seguridad frente a la oposición de los hombres malvados, y provoca su preocupación por su propia posición ante Dios.

Volviendo sus ojos hacia los enemigos que lo esperan, a quienes él describe, busca la guía divina, deseando sobre todo ver claramente ante su rostro el camino de Jehová. A medida que sale al encuentro de estos enemigos, lo hace con una oración para que Dios derrote sus consejos y reivindique a aquellos que depositan su confianza en Él. No hay duda ni incertidumbre en su corazón. Las cosas que pide se le asegura que las recibirá y con una afirmación de esta confianza termina la canción.

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