Este salmo canta la alabanza del Dios de la liberación. Se abre con un cántico de pura alabanza (versículos 68: 1-6). Esto se justifica luego por una revisión de los tratos pasados ​​de Dios con su pueblo (versículos 68: 7-18). Finalmente, afirma la actividad presente de Dios y declara confianza en Su futuro socorro (versículos 68: 19-35).

En los primeros seis versículos hay una descripción maravillosa de Dios en Su majestad y mansedumbre, en Su poder y misericordia. Los contrastes son notables. El esparce a sus enemigos. Es padre de huérfanos. Los impíos perecen en su presencia. Establece a los solitarios en familias. No hay sentido de contradicción. Más bien, la unidad de las cosas aparentemente diferentes se siente de una vez. Su justicia de la fuerza de Su misericordia. Su poder es la habilidad de Su ayuda. Los justos no deben temer por su fuerza, sino regocijarse en ella, confiar en ella y cooperar con ella abriéndole un camino.

La siguiente sección del salmo (versículos 68: 7-18) es una descripción del trato de Dios con su pueblo Israel. Se hace referencia al poder de Su salida y se describe el efecto que produjo. Se recuerda la entrega de la constitución y la ley en el Sinaí. Luego se habla de la preparación de la tierra para su pueblo y de su asentamiento en ella, junto con el cántico de las mujeres que así han encontrado sus hogares.

Y aún así, la canción avanza para describir cómo Dios esparció reyes ante Su pueblo, y siguió adelante hasta que en majestad entró y poseyó la colina de Su ciudad, el centro de Su gobierno terrenal. Es un magnífico escenario de la historia en su relación con la actividad de Dios. Es esta visión de Dios entronizado y gobernante lo que da valor al corazón e inspira los cantos de victoria.

Sin embargo, la fuerza de la canción no depende totalmente de la historia pasada. La última sección (versículos 68: 19-35) trata de la actividad actual de Dios. Es un Dios presente, y en los días del cantor da evidencia de su poder y piedad.

Bendito sea el Señor, que cada día lleva nuestra carga, el Dios que es nuestra salvación. Selah. Dios es para nosotros un Dios de liberaciones.

El llamado del cántico al pueblo de Dios de todas las edades en sus horas de dificultad se comprende fácilmente. Expresa la única conciencia que equivale a convertir un día de oscuridad y dificultad en ocasión de júbilo y canto.

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