"En nombre de tal me gloriaré; pero en mi propio favor no me gloriaré, sino en mis debilidades".

Sin embargo, no busca gloria debido a su experiencia. Que consideren la realidad y la gloria ciertamente. Pero no quiere que lo miren y lo admiren. Que miren más bien sus debilidades y las recuerden, y que surgen precisamente por su experiencia. No es a él a quien deben mirar, sino al Dios inefable. Las marcas de su Apostolado se ven más en el hecho de que participa de los sufrimientos de Cristo, que en la gloria de las revelaciones.

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