Advertencia final y palabras de cierre.

Paul termina la carta con la promesa de estar pronto con ellos por tercera vez y con un desafío final. Les advierte que si se comportan como él teme, no los perdonará cuando venga. Esta tercera visita será testigo de su verdadera situación. Han buscado una prueba de que Cristo, Aquel a quien ven como poderoso dentro de ellos, está hablando a través de él. Eso está muy bien. Así que que ellos también se consideren a sí mismos.

¿Están también buscando probar la autenticidad de su propia fe? Que consideren si Jesucristo realmente está dentro de ellos, con todo lo que eso implica, porque si no lo está, van camino del rechazo. Son réprobos, fallando la prueba. Pero confía en que demostrarán que no lo son y que su conclusión final será que él no es un réprobo. Que Cristo está verdaderamente en él. Y que por tanto se arrepientan. Y con ese desafío dice sus últimas despedidas.

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