Este capítulo final 2 Corintios 13:1 de la Epístola se relaciona con los siguientes temas.

I. La seguridad de Pablo de que estaba a punto de venir entre ellos 2 Corintios 13:1, y de que sin duda infligiría castigo a todos los que merecían que sus enemigos lo reprocharan por ser tímido y pusilánime; vea las notas en 2 Corintios 10:1, 2 Corintios 10:10. Habían dicho que era poderoso para amenazar, pero tenía miedo de ejecutar. Es probable que se hayan vuelto más audaces en esto por el hecho de que él había propuesto en dos ocasiones ir allí y había fallado. En respuesta a todo esto, ahora, en conclusión, les asegura solemnemente que vendrá y que en todos los casos en que dos o tres testigos demuestren un delito, se impondrá el castigo; Les asegura 2 Corintios 13:2 que no perdonaría; y que como buscaban una prueba de que Cristo lo había enviado, deberían ser testigos de esa prueba en el castigo que infligiría 2 Corintios 13:3; porque Cristo ahora estaba vestido de poder y podía ejecutar el castigo, aunque había sido crucificado; 2 Corintios 13:4.

II Pablo los llama solemnemente a examinarse y ver si tenían alguna religión verdadera; 2 Corintios 13:5. En el estado de las cosas que existían allí; En la corrupción que había abundado en la iglesia, él les ordena solemnemente que instituyan una investigación fiel, para saber si no han sido engañados; Al mismo tiempo, expresó la esperanza de que, como resultado de su examen, parecería que no eran reprobados.

III. Ora fervientemente a Dios para que no hagan mal; para que se les considere honestos y puros, lo que sea que se piense del mismo Paul o lo que sea de él; 2 Corintios 13:7. Su arrepentimiento salvaría. Pablo ejercería su poder milagroso en su castigo, y podría evitar así la prueba de su autoridad apostólica que deseaban, y la consecuencia podría ser que podrían estimarlo como un reprobado, porque no podía ejercer su poder milagroso excepto en el causa de la verdad; 2 Corintios 13:8. Aun así, estaba dispuesto a ser considerado un impostor si no harían mal.

IV. Les asegura que deseaba fervientemente su perfección, y que el diseño de su escritura para ellos, tan severo como había aparecido, era su edificación; 2 Corintios 13:9-1.

V. Luego les da una despedida cariñosa y tierna, y cierra con los saludos y bendiciones habituales; 2 Corintios 13:11.

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