“Y esparciré por todos los vientos a todos los que están a su alrededor para ayudarlo, ya todas sus tropas, y desenvainaré la espada tras ellos. Y sabrán que yo soy Jehová, cuando los esparciré entre las naciones y los esparciré por los países. Pero dejaré de ellos a unos pocos hombres de la espada, del hambre y de la pestilencia, para que declaren todas sus abominaciones entre las naciones adonde vayan, y sabrán que yo soy el SEÑOR.

Aquellos de los partidarios de Sedequías y las unidades militares que no sean capturados y exiliados con él serán esparcidos en todas direcciones ('cada viento' significa en todas direcciones. Probablemente se refiere a los bien reconocidos 'cuatro vientos' ( Ezequiel 37:9 ; Jeremias 49:36 ; Daniel 7:2 ; Daniel 8:8 ; Daniel 11:4 ; Zacarías 2:6 ), así en las cuatro direcciones).

Estarán dispersos entre muchas naciones y países. Serán constantemente acosados ​​por enemigos, sufrirán hambre y pestilencia. Pero algunos ('unos pocos hombres') serán perdonados para que puedan enfrentar cómo han pecado, puedan al fin reconocer a Yahweh por lo que es, y luego puedan testificar a las naciones cómo lo que les ha sucedido fue merecido porque de su propio comportamiento terrible. Así, la destrucción de Jerusalén traerá honor a Yahvé a los ojos de las naciones, en lugar de revelarlo como débil e incapaz de hacer nada. Esta última sería la interpretación habitual de la derrota.

El hecho de que 'unos pocos hombres' sobrevivan pone de manifiesto lo espantoso de su situación. Solo unos pocos sobrevivirán a lo que les espera. Como refugiados, sus vidas serán muy duras y resultarán en la muerte prematura de la gran mayoría, a través de la violencia contra ellos, la peste y las enfermedades, y la continua escasez de alimentos. Esta será la consecuencia de la forma en que Israel ha tratado a Yahvé durante los siglos anteriores.

Se les había dado todas las oportunidades, porque Él los había protegido constantemente, pero en lugar de responder con arrepentimiento, se habían aprovechado de la misericordia continua de Yahweh, asumiendo que continuaría para siempre. Así que ahora Su protección sería retirada.

"Y sabrán que yo soy Yahvé". Se repite dos veces para dar énfasis, pero con dos inclinaciones diferentes. Tanto los refugiados como las naciones a las que se dirigen conocerán la verdad acerca de Yahweh. Ambos reconocerán Su santidad, Su odio al pecado y Su habilidad para actuar.

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