"Tampoco el faraón y su poderoso ejército y gran compañía actuarán para él en la guerra, cuando levantan montículos y levantan muros de asedio para aislar a muchas personas".

El veredicto de Dios sobre el faraón y Egipto es que no podrán cumplir lo que han prometido cuando Jerusalén sea sitiada y sus habitantes cortados por montículos y muros de asedio.

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