Y dirás: “Así ha dicho Jehová el Señor: Ciudad que derrama sangre en medio de ella, para que llegue su tiempo, y que hace ídolos contra sí misma para contaminarla. Eres culpable por tu sangre que derramaste, y eres contaminado por tus ídolos que hiciste, y has hecho que tus días se acerquen, y has llegado a tus años. Por tanto, te he puesto por oprobio a las naciones y por burla a todos los países. Los que están cerca y los que están lejos de ti se burlarán de ti, tú que estás contaminado de nombre (y por lo tanto 'infame') y lleno de tumulto ".

La acusación de Ezequiel contra Jerusalén es que continúen derramando sangre libremente y que hagan los ídolos que la contaminan, trayendo el tiempo de su juicio sobre ellos mismos. Claramente fue una época violenta. Se derramó sangre en la ofrenda de sus hijos a Molech, y en tribunales que tenían prejuicios y eran hostiles contra los que no estaban a favor del régimen. Probablemente se formularon acusaciones contra hombres inocentes y se aceptaron, simplemente por razones políticas o para destruir su influencia y obtener su riqueza (compárese con 1 Reyes 21:1 ; 2 Reyes 21:16 ; 2 Reyes 24:4 ).

Incluso Jeremías se encontró en peligro de tal muerte ( Jeremias 38:4 ; Jeremias 38:6 ). Probablemente hubo una división de opiniones entre los que siguieron a Jeremías en su enseñanza de que debían someterse a Nabucodonosor y los que favorecieron la rebelión. Cuando tales ideas se vuelven candentes, la violencia siempre resulta. Por eso eran culpables.

Además, la intensidad del sentimiento multiplicó la adoración de ídolos y probablemente también el sacrificio de niños. Estaban desesperados por obtener la victoria de los dioses. ¿Qué mejor manera que ofrecer sus posesiones más queridas? Posiblemente se había introducido en la ciudad desde el valle de Hinom, aunque ese valle podría verse como parte de 'Jerusalén'. Si es así, sus ídolos habían contaminado la ciudad aún más que antes. Así estaban aún más contaminados.

Así que por su comportamiento habían 'hecho que sus días se acercaran', los días en que tenían que dar cuenta, y habían 'llegado a sus años', el momento en que se les juzgaría. Ambos habían sido apresurados por su malvado comportamiento. No tenían a nadie a quien culpar más que a ellos mismos. Y es por eso que Dios los estaba haciendo un oprobio a los ojos de las naciones, una burla para muchos países, porque estos se burlarían de la desolación de Jerusalén y de Judá. Los países cercanos y lejanos se burlarían porque ella había profanado su nombre y estaba llena de violencia y tumulto, y se había juzgado a sí misma.

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