Y Yahvé le dijo a Abram después que Lot se separó de él: “Alza ahora tus ojos y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y hacia el sur, y hacia el este y el oeste. Por toda la tierra que ves, te la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu simiente como el polvo de la tierra, de modo que si un hombre puede contar el polvo de la tierra, entonces también tu simiente será contable. '

Note el contraste deliberado con el versículo 10. Lot alzó los ojos y su principal preocupación era cómo extender su riqueza y asegurar su futuro, y contempló el Círculo del Jordán, el camino que finalmente conducía al pecado. Abram ahora debe levantar los ojos, pero es por mandato de Dios, y verá prosperidad y bendición y un futuro glorioso, porque ha caminado delante de Dios. La tierra que lo rodea un día pertenecerá a sus descendientes que serán innumerables, y será de ellos 'para siempre', es decir, en un futuro lejano. Al dejar su futuro en manos de Dios, Abram ha triunfado y su futuro está asegurado.

Una vez más somos conscientes de que Dios se le apareció a Abram en una santidad asombrosa y renovó con él el pacto de gracia entre ellos. Y esta es la razón por la que toda esta historia se conserva por escrito, porque fue el trasfondo de estas promesas. ¿Por qué este hombre y su tribu familiar llevaron consigo estas pesadas tablas? Porque eran la evidencia y la seguridad de las promesas de Dios sobre lo que más les importaba.

Ser abundantemente fructífero era el anhelo de todo hombre en aquellos tiempos. Los hombres vivieron en sus hijos. Sin embargo, la esposa de Abram era estéril, un dolor de corazón para ambos. Y la tierra en la que reside pertenece a otros. Entonces Dios promete que su simiente algún día será incontable, y que la tierra algún día será suya.

Es digno de mención que Abram se enfrenta a estas dos preguntas continuas en su mente. (1). ¿Por qué mi esposa es estéril para que yo no tenga hijos? Y 2). ¿Qué me depara el futuro en esta tierra? Yahweh revela su bondad y preocupación al tranquilizarlo continuamente acerca de ambos.

Que ambas promesas se cumplieron en parte lo sabemos por la Biblia. Pero, ¿quién puede contar hoy la simiente de Abram? Y en cuanto a su descendencia, tanto judíos como árabes, ahora poseen la tierra que le fue dada. Es posible que en la actualidad lo usen mal, pero ¿quién puede dudar ahora de que Dios ha sido fiel a Abram?

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