"Entonces el faraón envió y llamó a José, y lo sacaron apresuradamente de la prisión, y se afeitó, se cambió de ropa y entró en presencia del faraón".

La costumbre egipcia exigía que un hombre estuviera especialmente preparado antes de ser llevado ante el faraón. El acceso al faraón era limitado, y acercarse a él, porque era visto como un dios, era un privilegio único y una cosa peligrosa, y requería una limpieza ritual. Es evidente constantemente que el escritor toma el trasfondo egipcio con calma en todo tipo de formas (así como el trasfondo cananeo, como veremos más adelante) fortaleciendo la opinión de que esto fue escrito por alguien familiarizado con los eventos y su trasfondo.

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