Ahora Judá llega al meollo de su argumento. Se ha ofrecido a su padre como garantía de que el joven volverá. Si regresa sin Benjamín, llevará su propia carga de culpa para siempre, y será culpable para siempre ante su padre. Esto no lo puede soportar. Así que suplica que el Hombre le permita recibir el castigo de Benjamín. Pero no solo está pensando en sí mismo. También está pensando en el efecto sobre su padre. No puede soportar pensar en lo que le hará a su padre.

José ve aquí a un hombre diferente del que cruelmente lo vendió como esclavo. Y eso, junto con el pensamiento de los sufrimientos de su padre y el amor que siente por su familia, lo determina a poner fin a todo el asunto.

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