Y cuando lo hubo leído, preguntó de qué provincia era. Y cuando comprendió que era de Cilicia, dijo: "Te escucharé plenamente cuando vengan también tus acusadores". Y mandó que lo guardaran en el palacio de Herodes.

Luego, Félix hizo que trajeran a Pablo y le preguntó de qué provincia venía. Si hubiera nombrado la provincia de un rey local, se lo habría enviado. Pero una vez que supo que era de Cilicia, reconoció que debía lidiar con eso él mismo. Siria y Cilicia estaban bajo el mismo legado y él era su suplente. Así que le informó a Paul que escucharía el caso tan pronto como llegaran sus acusadores. Luego dio órdenes de que fuera detenido en el palacio de Herodes, su propio cuartel general. A Pablo se le estaba dando el debido respeto como ciudadano romano.

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