Jesús respondió y les dijo: “Esta es la obra de Dios: que pongan toda su confianza en Aquel a quien Él ha enviado”.

Jesús llegó ahora al tema principal. Deje que sus mentes se concentren en Él. Que reconozcan que Él era el 'enviado' de Dios. Que respondan a sus palabras y enseñanzas. Que abran su corazón a la obra del Espíritu. Esa era la 'obra' que Dios deseaba de ellos en ese momento, que oyeran, creyeran y respondieran. La concentración en Él era la obra que Dios requería hasta que la fe de ellos se despertara y se fijara en Él y Su obra salvadora.

La creencia en sí misma no es, por supuesto, un "trabajo". Es una respuesta del corazón al ver y conocer la verdad. Nadie puede hacerse creer de verdad. Como señalará Jesús, tiene que serles dado por el Padre. Pero está señalando que sin esa verdadera creencia, todo lo demás no tiene sentido.

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