Habla a Aarón, a sus hijos y a todos los hijos de Israel, y diles: Esto es lo que ha mandado Jehová, diciendo:

Esto pone de manifiesto que, aunque Aarón y sus hijos eran responsables del ministerio sacerdotal, los detalles de la Ley seguían siendo competencia de Moisés. Fue él quien tuvo que transmitir a Aarón y a sus hijos y a los hijos de Israel toda la palabra de Dios. La tarea de los sacerdotes sería entonces aplicar esa Ley como les había sido dada por Moisés.

En cierto sentido, este versículo espera con interés el resto del libro. Es 'a Aarón, a sus hijos, a todos los hijos de Israel' (solo aquí, y en Levítico 22:18 donde forma una transición de las palabras a los sacerdotes a las palabras al pueblo). Esta frase general cubre ambos grupos a los que Moisés hablará en esta última parte del libro.

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