'Y de nuevo se fue y oró, diciendo las mismas palabras, y de nuevo vino y los encontró durmiendo, porque sus ojos estaban muy pesados. Y no supieron qué responderle.

Para Jesús una continuación de la misma batalla. Lucas lo expresa de esta manera, "y estando en agonía, oró más fervientemente, y Su sudor se convirtió como si fueran grandes gotas de sangre que caían al suelo". Para ellos un resultado similar. Durmieron. Casi podemos escuchar a Peter diciéndole a Mark, mientras trataba de explicar cómo pudieron haber fallado, "nuestros ojos estaban muy pesados". Nadie se atrevería a preguntar al respecto, pero Peter sentiría que tenía que dar una explicación.

'Y no supieron qué responderle'. ¿Qué podrían decir? Habían fallado de nuevo. Pero la lección conmovedora que surge de este fracaso fue que el camino que Jesús tuvo que recorrer era uno que solo Él podía recorrer. Y nadie podría hollarlo con Él. No podían luchar contra las fuerzas que se alineaban contra él. Jesús dejó en claro que eran culpables y, sin embargo, esa noche había fuerzas en acción con las que nunca habían soñado.

Y estos seguramente fueron finalmente los responsables de su sueño. No hay otra explicacion. Estos eran hombres que habían sabido lo que era trabajar toda la noche pescando y nunca dormir, y sin embargo, aquí no podían mantenerse despiertos incluso cuando habían sido avergonzados y estaban conscientes de la agonía de Jesús.

En cierto sentido, este extraño sueño proporcionó la respuesta a su oración. Dijo que podían y habrían luchado con Él contra lo posible, pero contra lo que Él estaba enfrentando y debía enfrentar ni siquiera podían empezar a intentarlo. Como dice Luke, durmieron "de pena". Apesadumbrados, con el corazón roto, agobiados por lo que Jesús les había dicho y por lo que estaba experimentando ahora, desgarrados por el miedo a lo desconocido, afligidos por Satanás, sus cuerpos ya no podían luchar, solo podían dormir. Todo estaba más allá de ellos. Debe afrontarlo solo.

Pero es un gran mérito para ellos que, aunque nadie más que ellos lo supiera, lo admitieron abiertamente más tarde. Podrían haberlo escondido. Podrían haber dado la impresión de cuán plenamente lo habían apoyado. Pero fueron lo suficientemente honestos como para estar dispuestos a decir la verdad sin adornos y sin excusas.

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