Luego comenzó a maldecir y a jurar: "No conozco al hombre". Y al instante cantó el gallo.

Entonces comenzó a negar a Jesús con vehemencia, reforzando sus palabras con juramentos y maldiciones. Su negación había alcanzado su máxima profundidad. Y en ese momento cantó el gallo. De hecho, los gallos habrían cantado en varios momentos durante la noche, por lo que el punto aquí es que este era el gallo que anunciaba la mañana, y lo que él notó. Era el que le había despertado la conciencia.

Aquí no hay motivos para sugerir que fue Jesús a quien maldijo. Si lo hubiera hecho, seguramente habría salido a la luz como algo más que una negación. Más bien se maldijo a sí mismo oa algunos de los que, en su opinión, lo miraban con furia.

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