Verso Mateo 26:74. Luego comenzó a maldecir y a jurar...  

Entonces comenzó a maldecir y a jurar...  Más bien, Entonces comenzó a afirmar positivamente - καταθεματιζειν, de κατα intensivo, y τιθημι, pongo, coloco, afirmo. Pero la lectura común es καταναθεματιζειν, que significa desear maldiciones sobre sí mismo. La primera lectura es apoyada por casi todos los manuscritos de valor, y es, sin duda, la verdadera lectura, y ha sido recibida por Griesbach en el texto. El asunto es bastante malo, pero la lectura común lo empeora. En Mateo 26:72,, se dice que Pedro negó con un juramento; aquí, afirma y jura positivamente, probablemente por el nombre de Dios, pues éste es el significado de la palabra ομνυειν. Esto constituye la cuarta y última gradación en el clímax de la caída de Pedro. De estos horribles comienzos no es injusto concluir que Pedro podría haber llegado casi tan lejos como el propio Judas, si no se hubiera efectuado antes el negocio traidor. Sin embargo, todo este mal surgió simplemente del miedo del hombre. ¡Cuántas negaciones de Cristo y de su verdad han surgido desde entonces, por la misma causa!

La participación del gallo... Este animal se convierte, en la mano de Dios, en el instrumento para despertar al apóstol caído, por fin, a un sentido de su caída, peligro y deber. Cuando se abandona a Dios, la cosa más pequeña puede convertirse en la ocasión de una caída; y, cuando está en la mano de Dios, la materia más pequeña puede convertirse en el instrumento de nuestra restauración. Nunca pensemos con ligereza en los llamados pequeños pecados: el más pequeño tiene la semilla de la ruina eterna. Nunca pensemos despectivamente en los medios de gracia más débiles: cada uno puede tener la semilla de la salvación eterna. Recordemos siempre que el gran apóstol Pedro cayó por miedo a una criada, y se levantó por el canto de un gallo.

 

 

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