' Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ‘¿Por qué he hallado gracia a tus ojos, que usted debe tomar nota de mí, siendo yo extranjera?’

Ruth se llenó de gratitud y se humilló, inclinándose profundamente ante él. Ella le preguntó con humildad por qué un hombre tan importante se mostraba condescendiente en prestarle tanta atención. Debe ser consciente de que ella era extranjera (algo que el escritor enfatiza continuamente). Entonces, ¿por qué estaba demostrando ser tan favorable a sus ojos? Sus palabras no indicaban sospecha, sino simplemente una estimación de su propio valor en comparación con él.

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