'Pero no te alejes, Oh YHWH. Oh, tú que eres mi socorro, apresúrate en mi ayuda.

A medida que pasaban las largas horas y continuaban las batallas con el mal y el pecado, clamó que Dios no estaría lejos, pero que se apresuraría a ayudarlo. Las horas de oscuridad parecían tan largas, la batalla con las fuerzas del mal tan poderosa, y sintió una desesperada necesidad de socorro. Sabía que debía llevarlo hasta el final, pero ahora estaba pensando más allá del final, cuando podía decir 'está terminado', y el alivio vendría.

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