Salmo 103:22

I. El texto consta de dos frases: la primera, la exhortación del salmista a los demás; el segundo, una exhortación precisamente similar a sí mismo: "Bendecid al Señor". Su mano está sobre su arpa; está tejiendo un himno que conmueve el espíritu, y convoca a todas las criaturas al sonido de su voz para que se unan al canto de éxtasis y adoración agradecida. Pero, ¿por qué no procede con el canto elevado? ¿Por qué se apagan las notas como si hubiera un freno repentino en el fervor poético? ¿No era que David sintió lo paralizante que era convocar a otros a alabar a Dios, con qué facilidad se podía tomar tal llamada como prueba de que el corazón del orador latía de agradecimiento aunque todo el tiempo pudiera ser frío e indiferente, con poca sentido de la bondad divina y poco esfuerzo por magnificar al Señor? Por lo tanto, probablemente,

La necesidad de autoexamen aumenta precisamente al mismo ritmo que la actividad en la difusión del bien espiritual, porque precisamente al mismo ritmo aumenta la probabilidad de que demos por sentada nuestra participación en ese bien y, sin embargo, lo estemos sufriendo hasta el final. resbalar de nuestro agarre.

II. Considere cómo se puede prevenir este peligro. ¿Cómo podrá el guía que siente que su mente se adormece a la influencia del paisaje natural, a través de la frecuencia de inspección y la rutina de describirlo a extraños, cómo prevalecerá manteniendo su mente viva ante las bellezas de la escena, las maravillas y los esplendores que abarrotar el panorama? Que no se contente con mostrar ese panorama a los demás; que no lo mire simplemente en su capacidad profesional; pero aproveche las oportunidades frecuentes de acudir por sí mismo a los diversos puntos de vista, para estudiarlo en todos los aspectos posibles.

No es necesario dar ningún otro consejo al guía espiritual, cuyo oficio es el de enseñar a otros el Evangelio, y cuyo peligro, por tanto, es el de enfriar el Evangelio mismo. Cuanto más nos dediquemos a enseñar a otros, más tenaces debemos ser en las temporadas de meditación y autoexamen privados.

H. Melvill, Penny Pulpit, No. 2156.

Referencia: Salmo 103:22 . FW Farrar, Christian World Pulpit, vol. xiii., pág. 305.

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