Salmo 130:3

I.Es cuando el pecador siente su debilidad y su total incapacidad para librarse de la culpa del pasado, para sacudirse por el mero ejercicio de su voluntad los malos hábitos y los temperamentos rebeldes que lo han dominado con fuerza, y para mantenerse libre de caídas para el tiempo venidero, para que las palabras finales del texto le lleguen con toda su fuerza: "Hay misericordia contigo; por tanto, serás temido.

"Si no hubiera misericordia, habría poco miedo. Los hombres se volverían imprudentes, desesperados. Toda la experiencia, la experiencia de todas las edades y países, lo ha demostrado. Donde nunca se muestra la misericordia, los crímenes se multiplican; los hombres se vuelven más audaces, toman sus el azar es más imprudente y afronta su destino con más tenacidad que cuando hay un perdón y un indulto ocasionales.

II. Si Dios fuera extremo para marcar lo que está mal hecho, no habría esperanza para ninguno de nosotros. Pero tiene la prerrogativa de la misericordia, que ejerce en favor de aquellos a quienes considera dignos de ella. Por tanto, porque Él tiene la prerrogativa de la misericordia, tememos que no seamos indignos de ella; tema que lo obliguemos a retenerlo; teman que no lo perdamos.

FE Paget, Ayudas y obstáculos para la vida cristiana, vol. ii., pág. 28.

I. Como San Pablo instó a la bondad de Dios como un motivo no, como algunos podrían esperar, para la esperanza y la confianza, sino para el arrepentimiento "La bondad de Dios te conduce al arrepentimiento", así aquí la misma doctrina nos la enseña el Santo Espíritu; porque Dios es misericordioso, por tanto, debemos temerle. Podríamos haber esperado que el salmista dijera: Hay misericordia contigo; por tanto, se confiará en ti. Hay misericordia contigo; por tanto, serás amado y adorado: y por supuesto que podría; sin embargo, la palabra es: "Por tanto, serás temido" o "para que seas temido".

II. Todos deberíamos esforzarnos cada vez más por sentir y reconocer nuestras propias deficiencias, nuestros pecados, negligencias e ignorancia, y luego dedicarnos seriamente a llevar una nueva vida, porque para seguir como hemos sido, sin tratar de mejorar, de hecho, puede satisfacer a otras personas y también a nosotros mismos; pero aún queda la terrible pregunta de si realmente somos tales como nuestro Señor, Maestro y Redentor reconocerá como Suyos en el día en que haga Sus joyas.

Sermones sencillos de los colaboradores de "Tracts for the Times", vol. iv., pág. 250.

Referencia: Salmo 130:3 ; Salmo 130:4 . Preacher's Monthly, vol. ii., pág. 367.

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