Salmo 48

Hay un evento, y solo uno, en la historia judía que corresponde punto por punto a los detalles de este Salmo: la aplastante destrucción del ejército asirio bajo Senaquerib. Podemos, con considerable probabilidad, considerarlo como el himno de triunfo sobre el desconcertado asirio y la maravillosa liberación de Israel por el brazo de Dios. El salmo se divide en tres partes. Está la gloria de Sión, la liberación de Sión y la consecuente alabanza agradecida y gozosa confianza de Sión.

I. La gloria de Sion. El orgullo de los judíos por Jerusalén era completamente diferente del orgullo de los romanos por Roma. Lo único que le dio gloria fue que Dios moraba en él. El nombre incluso de la Sion terrestre era "Jehová-Shammah" "El Señor está allí". No estamos espiritualizando o forzando un significado del Nuevo Testamento en estas palabras cuando vemos en ellas una verdad eterna. Sión es donde los corazones aman, confían y siguen a Cristo. La "ciudad del gran Rey" es una realidad permanente en una forma parcial sobre la tierra, y esa forma parcial es en sí misma una profecía de la perfección de los cielos.

II. La liberación de Sion. (1) Marque el vigor dramático de la descripción de la liberación. La brusquedad del lenguaje, apiñado, por así decirlo, sin partículas conectadas, transmite la impresión de prisa y confusión, que culmina en la avalancha de fugitivos que huyen bajo la influencia del pánico y el terror. (2) Marque el elocuente silencio en cuanto a la causa del pánico y la huida. No hay apariencia de resistencia armada.

Una mano invisible golpea una vez; y cuando amaneció, "eran todos cadáveres". La impresión de terror que produce tal golpe se ve aumentada por la velada alusión a él aquí. El silencio magnifica la liberación. (3) Observe cómo de esta dramática descripción surge un pensamiento aún más elevado. La liberación así descrita vincula el presente con el pasado. "Como hemos oído, así hemos visto en la ciudad de Jehová de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios". (4) La liberación también vincula el presente para nuestra confianza con todo el futuro. "Dios lo establecerá para siempre".

III. La alabanza agradecida y la confianza gozosa de Sion. (1) La liberación profundiza la alegre meditación sobre el favor y la defensa de Dios. (2) Difunde Su fama por todo el mundo. (3) Produce en Sion, la ciudad madre, y sus aldeas hijas, un triunfo de éxtasis y alegría. Los últimos versículos exponen la altura y perfección de la confianza que las múltiples misericordias de Dios deben producir en el corazón de los hombres.

A. Maclaren, Sermones predicados en Manchester, tercera serie, pág. 163.

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