Salmo 55:6

I. No pierda su tiempo en desear alas o cualquier otra cosa que sea imposible. No es que haya nada malo en un deseo, a menos que deseemos lo que está mal. Los deseos llegarán volando a nuestras mentes, ya que los pajaritos a veces saltan por una ventana abierta. Pero no los acaricies, ni los alimentes ni los acaricies. Déjalos volar de nuevo. Desear es un trabajo inútil, incluso para las cosas posibles.

II. Dios le dio a David algo mucho mejor que alas. Leer vers. 16, 17, 22, del Salmo lv., Y observe las últimas seis palabras del vers. 23, y verás cómo fue esto. A menudo, Dios niega nuestros deseos de que nos dé algo mejor de lo que pedimos o pensamos. El Señor Jesús no necesitaba alas para volar al cielo. Y no necesitamos alas para acercarnos lo suficiente a Él para hablar con Él. Pídale que le ayude a usar sus manos y pies en Su servicio. El amor por Él será mejor que los zapatos alados de los que lees en las antiguas fábulas griegas. Hará que tus pies sean rápidos y tus manos ágiles para cada deber y toda bondad.

ER Conder, Gotas y rocas, pág. 120.

Referencias: Salmo 55:6 . Revista homilética, vol. xi., pág. 12; W. Wilkinson, Thursday Penny Pulpit, pág. 1 vol. iii., pág. 301; G. Dawson, Sermones sobre la vida y el deber diarios .

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