TERNURA Y AUTO CONTROL

Entró en su habitación y allí lloró. Y se lavó la cara, salió y se contuvo.

Génesis 43:30

El texto muestra el contraste entre la vida secreta y la vida exterior de cada uno de nosotros; entre la cámara y la sala de banquetes; entre el hombre que ve Dios y el hombre que ve el mundo, en cada uno de nosotros. Es al pensamiento de los dolores secretos al que nos dirige el texto; dolores que, aunque se sientan profundamente en secreto, deben ser disfrazados y reprimidos en presencia de otros.

I. El problema de José, en esta ocasión, fue uno de corazón o afectos. Su amor reprimido fue abrumador; sólo podía aliviarse con un estallido de lágrimas; entró en su habitación y allí lloró. ¿Dónde está la casa en la que el afecto no es fuente de algún problema secreto? La soledad de corazón, el amor no correspondido, es una calamidad; Dios lo ve, Dios se compadece de él; pero sé valiente en Su fuerza para soportarlo, y no dejes de lado, con perversidad o voluntad propia, esa oferta de amor divino que, a la larga, valdrá todo lo demás para ti.

II. Es sólo un paso de este al siguiente ejemplo: el de la ansiedad por las almas de los demás. ¿Qué palabras podrían designar más acertadamente una vida así de ansiosa vigilia que las que hablan de un llanto en la cámara y un refrenamiento abajo, un lecho regado de lágrimas, pero un rostro que debe sonreír de día para no contar su historia? ¡Bien está escrito de un enfermo así, que salió y se contuvo para no revelar, para no traicionar!

III. Piense a continuación en las angustias que nos sobrevienen por las luchas internas del pecado ; de esos trabajos incansables de corrupción interna que hacen que la vida de tantos sea un largo esfuerzo y conflicto. Estos también, sobre todo, son cosas secretas. Son nuestros secretos, pero existen. Forman gran parte de nuestra existencia, y tenemos que abstenernos de no mostrarlos. (1) A algunos les diría: No alimentes tus dolores secretos.

Los dolores del afecto crecen al meditar. Son llamadas fuertes al trabajo. (2) A los hombres más fuertes, que no tienen experiencias de dolor secreto, les diría: Cuidado con ignorar y despreciar a los que sí lo han hecho. Haz espacio para los demás. Reconozca la existencia del dolor secreto como una explicación de muchos fenómenos del carácter.

—Dean Vaughan.

Ilustraciones

(1) 'La revelación de José de sí mismo a sus hermanos no solo es una parte del patetismo más maravilloso de cualquier literatura, sino que enseña grandes verdades y presagia mayores. Es lo sublime del amor paciente, que no tiene memoria de las ofensas, y no tiene venganza sino bondad. Allí, allá en estos días salvajes, entre las pasiones feroces e innobles de sus hermanos, el perdón sereno del gobernante, que tan fácilmente podría haberlos aplastado a todos, resplandece como un pedacito de cielo azul pacífico en medio de nubarrones desgarrados.

El dolor había hecho su trabajo de manera tan completa al matar las semillas de la ira, que ni siquiera el sol del poder podía hacer que germinaran. Este hombre había aprendido a amar donde había encontrado a Dios, y había traído la perla de gran precio de las profundidades. No es vencido del mal, sino que vence el mal con el bien; y así, desde la edad más temprana, Israel había registrado un patrón de esa dulzura divina que luego se perfeccionó en el Hermano que se inclina de su trono para perdonar a sus enemigos y calmar sus temores. '

(2) 'Si estamos teniendo cierta disciplina de manos de Cristo, debemos ungirnos la cabeza, lavarnos el rostro y decir nuestras cosas más hermosas acerca de Él para que nadie adivine. Pero todo el tiempo podemos penetrar Su disfraz e intercambiar tímidas miradas de amor. Bienaventurados los que hablarán a sus espaldas como delante de él. '

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