No permita el Señor que yo te dé la herencia de mis padres.

La respuesta de Nabot y sus lecciones

I. La respuesta de Nabot.

1. Primero nos asegura que es un hombre concienzudo y adorador de Jehová. No; pero por la convicción de su deber para con Dios como el Legislador Supremo: y, por lo tanto, en lugar de ofenderlo o violar su voluntad, incurriría en la ira y el poder vengativo de Acab.

2. De ahí el heroísmo moral de la respuesta, similar a la que distinguió la respuesta de los apóstoles, en la historia posterior, cuando los magistrados les prohibieron predicar en el nombre de Jesús. Estos valientes reconocieron la autoridad divina; y, basando su publicación en su evidencia, estaban dispuestos a sufrir cualquier persecución, cualquier tortura, cualquier muerte, en lugar de desobedecer a Dios. Y fue de acuerdo con este espíritu que Nabot pronunció las palabras a Acab.

3. En esta respuesta de Nabot, también se reconoce entre los hebreos una antigua ley fundamental, no derogada, respecto a la propiedad de la tierra: y este reconocimiento se destaca en oposición directa a las prácticas laxas de Acab, los sacerdotes y todos los seguidores de Baal.

II. Sus lecciones.

1. El gran valor que todo cristiano que profesa debe dar a su herencia, tal como la compró para él y le fue transmitida por Cristo, y que ningún hombre debe separarse de ella por la fuerza de la tentación.

2. Aprendemos además de la respuesta de Nabot la gran importancia de la decisión de carácter, o como está dirigida hacia un propósito correcto.

3. Nabot declaró abiertamente su fe en Dios y sus leyes ante Acab, y ante una nación entregada a la idolatría. Y así se nos enseña a no avergonzarnos de confesar nuestra fe en Cristo. ( WD Horwood. )

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